Pasear entre las Dolomitas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2009, es una experiencia de pura belleza y paz sensorial. Es un lugar de leyendas: solo tendrás que decidir si te cautiva la historia del rey Laurin, que, por amor a su hija, decretó que el Catinaccio se volviera rosa al amanecer y al atardecer, o las historias de los escaladores que iniciaron la era del alpinismo acrobático en estas paredes. Junio es también un mes maravilloso, ideal para la búsqueda de alimentos, una actividad que tendremos el placer de experimentar con un gran experto en la materia.
Nuestro recorrido se desarrollará en Val di Fassa, en presencia de las majestuosas Torri del Vajolet, una espléndida vista de la pared oriental del Catinaccio. No se requiere ninguna preparación atlética especial, no haremos escaladas ni vías ferratas, sino que caminaremos con calma, tardando aproximadamente 4 horas en recorrer unos 550 metros de desnivel, hasta llegar al Rifugio Vajolet (2.243 m s. n. m.).
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